Palmera
El rumor de las dunas adormece;
sus caderas de arena, sinuosas,
pertenecen a inmóviles esposas
del simún, que por ellas languidece.
Su paso de aire las rejuvenece,
tiemblan, se desperezan cautelosas,
y en sábanas de luz voluptuosas
su sensual curvatura se estremece.
En el desierto no hay, se hace camino.
La silueta lejana de un beduino,
del paisaje, a camello, se apodera.
Rítmico avanza, fija la mirada
en el distante oasis, su acampada
a la sombra gentil de la palmera.