El amor es poesía…
y la poesía es ese algo indefinible
que nace dentro,
y vamos rimando con ella
todas las emociones de la vida.
La rima no es más
que hacer cantar a las palabras.
Las palabras no son más que
la envoltura de las ideas.
Y las ideas no son más que
la expresión del sentimiento.
Sólo el que rima la vida se llena de belleza.
Y la belleza es luz.
Y la luz es elevación, espíritu…
¡y todo junto es amor!
Cuando se vive con amor
todo parece un verso,
porque sólo con él se puede
recorrer el jardín de Dios
en todas sus etapas,
haciendo poesía, creando sueños
y mbelleciendo el camino.
Vamos, pues a rimar
la vida en sus distintas
etapas con estrofas sacadas de mis versos.
Esos versos que salen solos,
silvestres, repentinos,
y que son regalos de Dios.
Rosas del alma, sueños
de la mente
¡y música del corazón!
Cuando somos muy jóvenes,
despuntando a la vida,
aún antes de aparecer
el verdadero amor,
ya uno lo borda, lo imagina,
lo engalana, lo sueña.
Ya lo modela como le gusta,
lo espera con ansias
y habla con él de este manera.
Yo busco un amor para mi amor
con dulzura y rebeldía,
con penumbra de la noche
y ardores del mediodía.
Con estrellas salpicadas,
con la humedad de mi llanto,
con caricias, con palabras,
con plegarias y con canto.
Yo busco un amor con alas
y con vuelo, con sueños, con antojos
con un color azul como mi cielo
¡y una imagen de luz como mis ojos!
Con los brotes encendidos,
con fuerza de marejada,
como un lucero escondido
en medio de la alborada.
Mas… no me traigas corriente:
yo quiero el manantial,
y no me traigas capullo:
¡yo quiero todo el rosal!
Pues nunca tendré reposo
y nada tendrá valor,
si mi corazón no encuentra
un amor para su amor.
autor:
ZENAIDA BACARDI
DE ARGAMASILLA
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