TENER FE ES
Creer, en lo que no se puede ver.
Es guardar la calma cuando todo es turbulento.
La fe no es pasiva:
¡es poner las creencias en práctica!
Tener fe es pedir lo que se necesita.
La fe es oír lo imperceptible y ver lo invisible;
creer lo increíble y recibir lo imposible.
¡La fe va en contra de las expectativas
y condiciones naturales!
Tener fe es crear un vacío en el corazón
para que lo llene Dios.
Tener fe
no es creer simplemente que Dios puede hacer algo ¡sino que lo hará!
Con fe, la respuesta no sorprende.
Ya se sabía que sucedería.
Tener fe es permanecer en tu puesto
cuando todos los demás desertan.
Es quemar las naves para no poder volver atrás.
Es estar dispuesto a pagar cualquier precio.
Es hacer lo que Dios pide hoy
y creer que Él hará mañana lo que ha prometido.
La fe es lo contrario del temor.
Tener fe es elegir a Dios
a pesar de las demás posibilidades.
Es confiar en la Palabra de Dios
y no en lo que te dicen tus sentidos.
Es estar dispuesto a morir confiando.
¡Esa es la clase de fe
con la que se pueden obrar curaciones y milagros!
La fe es como un músculo
que se vuelve fuerte y flexible al ejercitarlo.
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