Placer
Escucho la palabra, admiro el gesto,
percibo la fragancia embriagadora,
me absorbe la mirada que devora,
y a tu intención mi afán está dispuesto.
Hacia tu vértice el venablo enhiesto
dirige su objetivo, y lo perfora,
conexión sensorial que corrobora
íntimo vínculo entre dos propuesto.
La caricia, el suspiro, la mirada
tímida, audaz, tal vez desvergonzada,
no son sino palabras silenciosas
con que nos grita el alma su deseo.
Me rastrea la tuya, te poseo,
y colma el aire una explosión de rosas.