Soterrado manantial
Cabeza entre ambos muslos, convergencia
de dos ríos en una sola fuente;
sedienta está la boca, y en la mente
los conceptos olvidan su elocuencia.
Quien ha llegado aquí sin resistencia
por sendero de acción irreverente,
ni se rinde al pudor, ni se arrepiente,
desplazando el ardor a la inocencia.
Siempre en voracidad, y con la audacia
de quien invita, acepta y no se sacia
con cada nuevo ruego, nueva oferta.
Manantial soterrado, reventando
espumoso en los labios, conjurando
dormida rosa que febril despierta.
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