Compañía
¿Vendrás a mí al atardecer? Te espero.
En este tiempo el día es agobiante,
mas la noche, serena, refrescante,
sabrá ofrecernos su alma de bolero.
Nadie es en esta tierra forastero,
siempre afable y gentil al visitante;
pero mi casa es más, exhuberante,
desde que me llamaste compañero.
Vendrás a mí, y habrá estrellas fugaces
cruzando el firmamento, e incapaces
de apagarse al caer por verte aún más.
La noche será joven todavía
cuando progresará la compañía
más allá del veremos y el quizás.
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