Sin principios, al sol que más calienta,
desertas cualesquiera convicciones
que aparentas tener, y aun emociones.
El arte de fingir es tu herramienta.
Te he visto en ambos campos, siempre en venta;
son los treinta denarios las razones
que al fondo de abandonos y traiciones
tu cobarde dialéctica se inventa.
Tu vida es carnaval, y la careta
se te ajusta muy bien a la chaqueta,
ambas, a cualquier precio, canjeables.
Hombre sin fe, ni patria, ni futuro,
todo es críptico en ti, falaz, impuro,
en alma y en cerebro deleznables.