Nunca me olvido de las calles
Donde pasaba aquellas tardes
Jugando a aprender a soñar,
a vivir sin esperar
a enterrar la soledad.
Nunca me olvido de las nubes
que pasaban por mi cabeza,
cuando lo blanco no era gris
los problemas no eran para mí
y en verano era feliz.
Y el tiempo pasa por mi reloj de arena
que no para de darse la vuelta,
ahora mi vida no tiene ni pies ni cabeza
no puedo encajar mis piezas.
Nunca olvidé aquella habitación
donde mis sueños se hicieron realidad,
donde sonaban las canciones
que me enseñaron a reírme
cuando todo me iba mal.
Nunca me olvido, de aquel tiempo
cuando no hacia falta pararse a pensar
no había nada complicado
si invierno el había pasado
las frías noches me daban igual.
Y el tiempo pasa por mi reloj de arena
que no para de darse la vuelta,
ahora mi vida no tiene ni pies ni cabeza
no puedo encajar mis piezas.