Aprender a estar solos y a disfrutar de ello mejora nuestra autoestima y la calidad del tiempo que pasamos con los demás. Cuando estamos solos, nos relajamos, cargamos las pilas y nos damos más oportunidades para reflexionar sobre nosotros mismos, lo que nos permite comprender nuestras emociones y desarrollar, a consecuencia, la capacidad de comprender las de los demás, es decir, la empatía.
Además, estar en soledad, sin hacer nada e incluso aburriéndose, es bueno: el aburrimiento es fundamental para el desarrollo de la creatividad y está muy relacionado con la imaginación porque propicia la creación de estímulos internos que pueden derivar en actividades----
COSAS DE LA MODERNIDAD