Brasa
Las llamas alborotan en su danza
sobre el tronco decúbito y ardiente;
cada una serpentea irreverente
su lengua en veleidosa mezcolanza.
Son jóvenes aún, y la pujanza
es la norma del éxito insolente.
Irán envejeciendo, y decadente
su fuerza ha de dormir, y su esperanza.
Será la edad de oro de otro fuego;
del que irradia en la brasa, del sosiego,
impulsivo también, mas paso a paso.
Si menos trashumante, más estable;
con la sabiduría de lo afable,
y menor perspectiva de fracaso.
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