Observando las últimas gotas de la lluvia en un frío invierno, recordé en aquellos instantes que aún te sigo queriendo.
Y vinieron de pronto a mi mente como el despertar de un sueño, mil mariposas volando a convencerme que es cierto.
Inútil y en vano fue el intentar ocultarlo, los sentimientos traicionan y eso no puedo negarlo.
Al mirarte el corazón me golpeó más de la cuenta, y no te pude ni hablar como maldita sentencia.
Miré tus ojos de mar y quise perderme en ellos, y me vino a la memoria mi vida que aún te quiero.
Pero la cruel realidad me llegó con un lamento, que ya es muy tarde y lo sé y aún te sigo queriendo.
Desconozco el autor
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