Duerme y late en el pentagrama,
ella: La música, sentir profundo,
sutil y poderoso motor del mundo,
de cada idioma candela y llama.
Hermano, bajo su ley y su regla,
entonemos la misma melodía,
seamos esa voz en armonía
que ahuyenta los fantasmas de la guerra.
Cada nota puso Dios sobre la Tierra,
en las olas cuando rompen en la playa...
en la lluvia cuando cae sobre la hierba...
Vibremos los sonidos de la escala,
unamos nuestras voces, y así, juntos,
ahoguemos el furor de la batalla.
¡Qué bonito sería el mundo si no hubiesen guerras!
¿No?
¿Se imaginan si en el momento de desatarse una guerra
pudiésemos cambiar las ideas de los que desean luchar utilizando la música?
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