Todo va yendo a su retiro
en el triunfo del bien se renuevan
hojas del otoño muertas sin cuclillas,
reparables van a la oferta amaneciente
de otra primavera de verdes rosas
y lo inseparable de la muerte
en silencio se alía con la vida
inclinados van los cuerpos al ocaso...
Las almas quedan vivan en otras puertas
de amplio corazón y alegre paso recorrido,
el agua va abriendo más huertos
aún con la vidriera del humo y la bruma
el ultimo gramo hermano nacerá con premura.
Lo que se va yendo al libre espacio
en la herradura de un Pegaso,
absorbe la sed de los mustios monocordes
va dejando la pluma del ave con labios,
sus pinceles y la sorpresa de cada día
va libando la infinita miel de los amantes zaguanes...
Los dedos empalidecieron pero
los años de caricias entran la esquina del breviario,
en la plana hoja del libro de los zorzales
la infinita tinta escribe las luchas de anales
los valores morales antes atropellados
regresan sanos de la montaña con solario.
Todo va llegando a su plácido retiro
a través de bifurcados túneles que arrastra el viento
dueño de las hojas
y la mano mitológica los guía a su destino
todo va yendo a su retiro, menos la fuerza bravía
del hombre con espíritu y rojo corazón,
alma de blanco puerto liberado donde
el temblor del sol reposa en la longitud del mar,
las gavillas del agua y sus hijos pandilleros valoran el laurel,
la suavidad del algodón y la larga esperanza
sin obedecer la norma de un patrón
que no respeta la belleza del amor.
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