He oído los silbidos de la noche
susurraron en sosiego auge,
son eternas las sombras de la paz
más se me mostrase desnuda.
He visto más allá del oriente
es radiante en plenitud,
donde el tiempo es infinito
y los fardos son la calma.
Encontrase el caudal del monte
una mujer de seda cubierta,
me llamaba incitante y apacigua
más la vi triste y vacía.
Seguro estoy, más mi alma
se hallase en vasija de crisol,
he bebido de la fuente de los cielos
tranquilizáse nervuda la razón.
Más las vendas se han despilfarrado
me envolvió holocausto la pasión,
le he de haber escrito al mar
mi penosa sensación.
Claro está, en la cumbre
allí donde las aves cantan,
copioso el sentimiento
vocinglera esperanza.
He visto más allá del viento
engorroso fue su encuentro,
han visto mis ojos
fisgando entre el desierto.
Desconozco autor
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