Tienes ojos de sueño
Tienes ojos de sueño.
Tal vez bajo la blusa
se te arraciman huellas dactilares
que en nada se parecen a las tuyas.
Pasar la noche sin dormir, qué gozo
si alguien en tu regazo se refugia.
Yacer ajeno a todo, eso que llaman
reposo en la fatiga, o en la lucha,
qué pérdida de tiempo, sometidos
a muerte temporal, si breve, absurda.
Tener ojos de sueño, qué delicia;
cerrar las catacumbas
que apresan nuestra piel, nuestro cerebro,
vivir un poco más, dejar la oscura
mortaja del pijama, que de noche
nos arranca la vida, nos sepulta.
Anoche no has dormido;
ojeras y sonrisa te denuncian.
¿Y por qué camuflarlo,
si la felicidad nadie la oculta?
Sobre tu rostro ella ha dejado impresos
su texto, firma y rúbrica.
Sólo tengo un lamento: No haber sido
yo mismo el dueño de tus zonas húmedas,
en el mágico insomnio
que te robó el dormir y la cordura.