Corazones desgarrados sin posible cura
recuerdos que nos llevan a la perdición,
constante tierna locura...
Nos persigue una maldición.
La maldición del que busca sin descanso
la deseada paz del alma,
un tesoro escondido que dormita manso
en lo más profundo del abismo... Calma...
Duerme, sentimiento, duerme
deja vivir a tu hermana la razón,
en esta lucha no haz de verme
y sigo cantando mi son...
Cada palabra es una despedida,
cada frase un lamento,
llegará la noche temida...
te cantaré una nana en forma de cuento:
Había una vez... A la nana nanita...
Una triste tez, acompañada de un alma marchita.
Ilusiones sembraba cada día en un campo soleado...
Desengaños recogía y se forjaba su carácter malhumorado.
A la nana nanita... había una vez...
una piedra chiquitita que deseaba ser pez.
No llores piedrecita, formas parte de la luna,
yo nado hacia las redes, me esperan tras la bruma.
Cuándo yo muera,
seguirás reinando en la noche,
no quieras ser pez, luna lunera,
o de mi boca saldrá un reproche.
Desconozco autor
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