Hoy, harta ya de pena y sufrimientos, quise escribir poemas de alegría, abrí la caja de los sentimientos, para buscar entre lo que allí había.
Encontré un beso de adolescente, y recordé aquella anochecida, aquel rincón oscuro y sugerente, y el temblor de una mano en la mía.
También hallé un girón palpitante, de la primera cita mantenida, y el pensamiento siempre lacerante, por la duda de saber si él vendría.
Y me encontré doblado en un pañuelo, un retazo de cielo azul marino, con un trocito de ilusión dormida, que despertarla no he conseguido.
Mas no encontré en la caja la sonrisa, que adornara mis labios como un beso, esa que siempre esperaba sumisa, para pasarte los brazos por el cuello.
Tantas cosas vinieron a mi mente, viendo el montón convertido en maraña..., voy a poner en orden mi presente, para encontrar la ilusión del mañana.
Y volverá la sonrisa a mis labios, y notaré otra mano en la mía, y usaré todos esos recuerdos, para escribir poemas de alegría.
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