CANCIONES DE MI INFANCIA
El loro de Veracruz
Allá en mi infancia, me la enseñó Serviliana.
Ella, a quien llamábamos "Velana", junto con su medio hermana Adelaida –cariñosamente "Ade" o "Ada"– eran hijas de dos domésticas de la casa de mi bisabuela con un vigilante uruguayo o, como decíamos en aquél entonces, "oriental". Él era mulato, la mamá de Ade, también mulata, y la de Velana, indígena.
Ambas vivían con una tía abuela mía –jubilada como docente– con quien se habían criado, vivido toda su vida y que, llegadas a la edad que correspondía, las había jubilado como empleadas domésticas, compartiendo las tres la misma casa, como si fueran hermanas. Es más, como Serviliana no soportaba compañía en su dormitorio, mí tía compartía dormitorio con Adelaida.
Serviliana tenía partido el paladar, como defecto de nacimiento, y hablaba en forma gangosa. Cuando la conocí tenía más de ochenta años, no le quedaba ni un diente –se negaba a usar dentadura postiza– y era una anciana bajita, arrugadita, algo encorvada la espalda, que arrastraba ya los pies al caminar. Como había sido la encargada de "cuidar a los chicos" –esto es, a mi abuelo y sus hermanos y hermanas– con ellos había estudiado, sin recibir ningún título y, en los momentos menos pensados, sorprendía con una respuesta sobre física o botánica que, si la decía, era porque resultaba cierta. Aún recordaba los tiempos en que no había luz eléctrica y mi bisabuela les prohibía leer a la luz de la vela, porque les hacía mal a la vista, y ellas se metían con la candela bajo las sábanas y leían de noche.
Serviliana era muy lectora. Desde La Dama de las Camelias de Alejandro Dumas, hasta Los Miserables de Víctor Hugo habían pasado por su lectura y cultivado su imaginación. Y ésta era más que prolífica. A veces contaba haber soñado con Jean Valgean o con Margarita Gautier. Ambas hermanas tenían un agudo sentido del humor y se caracterizaban por la certeza de los sobrenombres que ponían a los conocidos.
Fue Serviliana que me enseñó esta canción, referida a un lugar, Veracruz, que tenía sonoridad centroamericana y que recién ahora, con Internet, pude encontrar su letra, con algunas variantes, como recopilada en la provincia argentina de Jujuy por Juan Alfonso Carrizo** y, también, bajo el título "La Cotorrita" como una habanera interpretada por el Grupo Vallparadís, de Cataluña***.
Y profundizando más, me han referido que los loros -perico de frente amarilla y perico de frente blanca, hoy en extinción- del Estado de Veracruz, al Sur de la Península de Yucatán, fueron en su tiempo famosos porque se vendían como mascotas.
¿Qué misteriosos contactos con las selvas veracruzanas, con toda nuestra América mágica y su reflejo en la madre España tuvo Serviliana a lo largo de su extensa vida? Nunca lo sabré. En aquellos tiempos era niño y no se me ocurrió preguntarle.
La letra de la canción, tal como hoy la recuerdo, era ésta:
Un loro de Veracruz
Un día se enamoró
De una bella cotorrita
¡La pobre se desmayó!
-Cotorrita del alma
-Le decía el lorito-
Quiereme un poquitito
Que me muero de amor
-Delgadito me pongo
si tu amor no me das
quiéreme un poquitito
nada más nada más
………………………….
…Caricias le hacía yo
Y mientras la acariciaba
Un picotazo me dio
Y Velana, con su manito oscura y arrugadita como una pasa de uva, unidos todos los dedos, nos daba un suave golpecito en el brazo, simulando el picotazo, tras lo cual reíamos de gozo.
Hoy, Serviliana, erguida nuevamente como en su juventud, liberada ya del límite de su paladar partido, desde un remoto acantilado ante los colores del Caribe, debe estar leyendo estas líneas regaladas a Internet… La extraño, como a los dorados años de mi infancia que iluminó con su fantasía.
Un fuerte abrazo, queridos amigos
Jove
*alpargatas: calzado económico de lona con suela de cáñamo.
**http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/
68004064006461384100080/p0000039.htm
*** http://www.grupvallparadis.com/caproig.htm#La cotorrita:
La cotorrita
Tenía las plumas verdes
y el pico de otro color,
era una flor más brillante
como los rayos del sol.
Cotorrita del alma
me decía el lorito,
quiéreme un poquitito ¡ay, ay, ay!
que me muero de amor.
Delgadito me pongo
si tu amor no me das,
quiéreme un poquitito nomás
¡ay que gusto me da!
Un loro de Veracruz
un día se declaró
a una linda cotorrita
y la pobre se desmayó.
Cotorrita del alma
...
La cotorrita traviesa
al lorito dio su amor
saltando de rama en rama
con esta triste canción.
Cotorrita del alma
...
Tema anterior
Jove1947
Desconectado
de los loritos me la apropie, pues mi niñez comparti la con 
Primer 