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De: dragona (Mensaje original) |
Enviado: 17/02/2010 18:38 |
Una noche de 1922, cansado y agobiado del trabajo que le daban sus últimas investigaciones sobre las bacterias, Alexander Fleming descargó su estrés a modo de lágrimas sobre un plato que contenía algunas de sus muestras. Al día siguiente descubrió que donde había caído la lágrima había un vacío, lo cual le hizo sospechar que las lágrimas podían tener alguna propiedad, y de hecho consiguió extraer una enzima que eliminaba las bacterias sin dañar el tejido humano.
Había descubierto sin querer la lisozima, un proteína antimicrobiana que mata las bacterias, pero no a los glóbulos blancos. La lisozima es abundante en numerosas secreciones como la saliva, las lágrimas, moco y también se encuentra en la clara de huevo.
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Gran hombre y un gran cientifico.
La carrera profesional de Fleming estuvo dedicada a la investigación de las defensas del cuerpo humano contra las infecciones bacterianas. Su nombre está asociado a dos descubrimientos importantes: la lisozima y la penicilina.
El descubrimiento de la penicilina, una de las más importantes adquisiciones de la terapéutica moderna, tuvo su origen en una observación fortuita. En septiembre de 1928, Fleming, durante un estudio sobre las mutaciones de determinadas colonias de estafilococos, comprobó que uno de los cultivos había sido accidentalmente contaminado por un microorganismo procedente del aire exterior, un hongo posteriormente identificado como el Penicillium notatum. Su meticulosidad le llevó a observar el comportamiento del cultivo, comprobando que alrededor de la zona inicial de contaminación, los estafilococos se habían hecho transparentes, fenómeno que Fleming interpretó correctamente como efecto de una substancia antibacteriana segregada por el hongo. Una vez aislado éste, Fleming supo sacar partido de los limitados recursos a su disposición para poner de manifiesto las propiedades de dicha substancia. Así, comprobó que un caldo de cultivo puro del hongo adquiría, en pocos días, un considerable nivel de actividad antibacteriana. Realizó diversas experiencias destinadas a establecer el grado de susceptibilidad al caldo de una amplia gama de bacterias patógenas, observando que muchas de ellas resultaban rápidamente destruidas; inyectando el cultivo en conejos y ratones, demostró que era inocuo para los leucocitos, lo que constituía un índice fiable de que debía resultar inofensivo para las células animales.
Saludos
KALESSAS |
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En Argentina tenemos el Instituto Fleming en honor a ése gran científico y cuyos profesionales son absolutamente excelentes, lamentablemente muchas veces no sale a la luz las maravillas que realizan.
Hace casi dos años a mi cuñado le descubrieron cancer de prostata y fué al Instituto, ahí hicieron una matríz por donde pasaban el medicamento sin siquiera operarlo y hoy ese cancer es simplemente un recuerdo.
Gracias a ambas por compartir algo tan interesante, un abrazo
nani |
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