Uruguayo.
Un trocito de Constancio C. Vigil:
Para tu dicha hij@ mío, levántate con el sol y traza el plan de tu día. Ten una sonrisa a tiempo, una palabra bondadosa a tiempo.
No des a quien no merezca. Condena al mal con la alabanza de lo opuesto. Elogia al malo lo bueno y corregirá lo malo.
Avanza en línea recta hacia tus fines. No andes en niguna otra línea más que en la recta.
Abrevia siempre el camino yéndote en derechura hacia tu propósito. Aún cuando éste fuera malo, así se hará menos malo.
Prepárate hij@ mío para vivir un día, o diez mil días.
Esta actitud, esta tranquila y valerosa guardia ante lo impenetrable, es la suprema dignidad del hombre.
El hombre crea su mundo. Un día es la causa de los días que lo siguen. Cada acto es el padre de los demás actos. Cada uno de los pasos te lleva hacia el mañana.
Vienes de tu propio ayer. No esperes el porvenir: avanza hacia él.
Te aseguro hij@ mío que llegarás adonde quieras.
Te aseguro que puedes lanzar certeramente tu ser, ccomo a la flecha, desde el tenso arco de tu voluntad, y que irá a donde pongas tu mirada.
Te aseguro que nada hay ni en la tierra ni en el cielo que se oponga a tu destino. Tu destino es llenar, andar, sembrar. Los días de tu existencia están contados: no sabes cuántos son; mas sabes que están vacíos y has de llenarlos.
No puedes estar inmóvil.
De cada punto adonde llegas parte un infinito número de caminos. Tú eliges el camino en cada paso.
Cada uno de ellos es una afirmación y una desición: la causa creadora de lo que has de ser.
Cada hombre nace de un erial. Cosechará lo que siembre.
Constancio C. Vigil "Enseñanzas para un hijo"