Llego tarde y sigiloso
entre tanto contrapunto
y me siento vergonzoso
como sapo de otro pozo
y mis perdones apunto.
A las damas las respeto
mas no tanto que incomode,
que a la mujer como al hombre
le gusta el calor del fuego
y hay que saber cuándo y dónde.
Como en las pampas nacido
tomo mate en cualquier lao.
A la cerveza convido.
A la ginebra, del pico
del porrón la voy bajando
mientras hace gorgoritos.
Pero sepan, si me apuran,
que hay algo que he conocido.
Bebida que nunca olvido:
es el tequila Herradura.
Pero ha quedao olvidada
un planteo qu'es pregunta
que ña'Nélida se apunta
en la primera "pa-ca-da"
¿Por qué se vienen en yunta
el quiero y el no me agrada?
Responderla dificulta
mi amiga, no quepa duda,
una oservación tan sabia
¡A ver si el verso me ayuda!
Es del hombre y la mujer
buscar la felicidá.
Que le den el gusto ya
y que acaten su poder.
Por eso es que si le dan
dice NO, con altivez,
y a la inversa, si al revés,
para no mostrar que afloja.
Ríe un día, llora al mes
¡cual gata de doña Flora!
Respondido, creo le he,
su pregunta con prudencia
según mi precaria cencia
y ahora le toca a usté
sacarme una duda fiera:
que se levante la tabla
es de hombre bien educao
pero a entender yo no alcanzo
¿por qué pretenden las damas
que el varón pishe sentao?
Saluda con lealtá
don Jove, mayor de edá.