La subida arriesgada Durante una tempestad, el peregrino llega a un albergue, y el dueño le pregunta adónde se dirige.-Voy a las montañas- responde.-Olvídelo – dice el dueño-. Es una subida peligrosa, y el tiempo no acompaña.-Iré de todas formas –responde el peregrino-. Si mi corazón ya ha llegado allí, no será difícil que este cuerpo lo siga. |