Salvo los humanos, pocos organismos han colonizado el planeta de forma tan eficaz como las hormigas.
Aunque vistos de cerca estos insectos poseen un cierto aire alienígena, lo cierto es que millones de años antes de que los primeros Homo sapiens colonizaran Europa, ya habían organizarse en sociedades complejas y estructuradas.
La hormiga roja de la madera Formica polyctena, juega un papel importante como depredadora en el control de parásitos forestales.
Cuando encuentra un cadáver informa del hallazgo; un ejército de camaradas acudirá al lugar para despiezarlo y trasladarlo al hormiguero.
De momento, los entomólogos han identificado más de 14.000 especies de hormigas.
Las hormigas obreras suelen ser hembras infértiles, pero hay casos, como sucede en el género Harpegnathos, en los que también pueden depositar huevos como si fueran reinas.
En 2003, la NASA desarrolló un gel especial translúcido que servía a la vez de hábitat y alimento para un grupo de hormigas. Así, los astronautas podían estudiar fácilmente su comportamiento en un entorno de microgravedad.
Al igual que los humanos, estos himenópteros necesitan del agua, el líquido vital para sobrevivir.
Algunas especies de hormiga recolectan resina de los árboles. Esta sustancia fortalece su sistema inmune y les permite resistir mejor a las bacterias.
La hormiga asiática Harpegnathos venator, es habitante del Sudeste de Asia, India y Malasia. Tiene amplias mandíbulas y una excelente visión. Es capaz de saltar hasta 10 centímetros y puede caminar de espaldas.
Se han extendido por todo el planeta, salvo la Antártida.
Se cree que las más de 14.000 especies conocidas de hormigas evolucionaron a partir de un ancestro que vivió a mediados del Cretácico, hace unos 120 millones de años. Desde entonces, se han adaptado y hoy, a excepción de la Antártida y algunas islas, ocupan todas las zonas terrestres del planeta. La clave podría encontrarse en su habilidad para coordinarse y fundar nuevas colonias, que pueden albergar desde pocas docenas a millones de individuos. Una de las mayores de las que se tiene noticia ¡cubre 6.000 km2, desde Portugal al norte de Italia.
En general, estas superestructuras se organizan en torno a una reina, más grande y longeva –puede vivir 30 años– que las obreras. Estas se encargan prácticamente de todo en el hormiguero, desde cuidar las pupas hasta obtener alimentos, algo para lo que han desarrollado estrategias muy sofisticadas. De hecho, según los entomólogos Ted Schultz y Sean Brady del Museo Smithsonian de Historia Natural, en EE UU, varias especies aprendieron a cultivar hongos hace 50 millones de años y hoy han mejorado la técnica hasta el punto de tener sus propios jardines que explotan como expertos agricultores.