Interrogante. - Amigos en crisis se ayudan

Esta historia me la conto mi padre y pasó en Palo Verde, no se pudo establecer cuando ocurrió esto así que si alguien la había escuchado ojala pueda ayudarme a completarla.

Vivian en Palo Verde dos mujeres que (que raro) les gustaba pelear por todo y por nada (si conocen a alguien así es pura coincidencia) además eran vecinas.

A una de ellas le decían “Doña Cucha” y a la otra no recuerdo ningún apodo, ni mi padre recordaba los nombres de estas mujeres.

Pues un buen día aparece una cocona que se le había perdido a una de ellas y pues apareció con ganancia pues había hecho un nido y ya le habían nacido varios coconitos y pues ella trato de llevarsela a su casa pero…

Resulta que la guajolota había hecho su nido en el terreno de la otra mujer y pues ella no estaba de acuerdo en que se llevaran el animal, lo que ocasionó un pleito que se discutió en el juzgado de Ameca, donde se decidió que dado que la cocona era de una de ellas, esta señora podía conservarla, pero los polluelos eran propiedad de la otra ya que nacieron en su terreno.
Pues resulta que la otra señora no estuvo de acuerdo con la decisión tomada en Ameca y apelo para que la decisión se tomará en Guadalajara.

Cuando fueron a Guadalajara ya tenían partidarios una y otra y todo el rancho ya estaba al pendiente de lo que ocurriera y pues cuando ganó la dueña de la cocona sus partidarios organizaron un desfile por las calles de Ameca donde traían la cocona cargada en una cruz de madera.

En Guadalajara, mientras tanto, la perdedora no se quedo con los brazos cruzados, fue al palacio de gobierno y acusó a su contraparte de tener un perro a quien llamaban “Calleja” como se llamaba el gobernador, aquí hay una pista para saber en que año sería eso, pero ningún gobernador de Jalisco se llamó nunca Calleja (ya lo chequé), el único Calleja que hay en la historia que podría haber sido el blanco de la burla de esta señora era el virrey que lo fue durante la guerra de independencia entre 1810 y 1821.

Entonces enviaron un piquete de soldados para “hablarle” al perro y ver si respondía al nombre de “Calleja”, pero resulta que un hombre que ya era partidario de la otra señora le da “el pitazo” e inmediatamente envía a uno de sus hijos a Palo Verde con ordenes de matar al perro antes de que llegaran los soldados y pues cuando llegaron él les dijo que se había muerto su perro y que se llamaba “callejón” pues ahí era donde lo había encontrado en un callejón.

Yo me quedo con la escena del desfile en las calles de Ameca con la guajolota en la parte más alta de una cruz.

Si alguien sabe un poco más de esta historia, ojala podamos completarla.