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General: decretos de nuestra vida
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: esperanzaotoñalcaribe  (Mensaje original) Enviado: 01/11/2010 01:04
Se ha demostrado por expertos en el comportamiento, que los seres humanos somos muy propensos a construir nuestra vida en base a creencias que tenemos de lo que en ella va a pasar, y no en lo que decidimos y queremos que nos acontezca.
 
 Así por ejemplo, si creemos finalmente que nos va a ocurrir un accidente o a sobrevenir una enfermedad, lo más seguro es que nos suceda, porque las profecías que sobre nosotros mismos hacemos, de alguna forma se cumplirán.
 
Son esos decretos que hacemos sobre nuestra vida los que luego fatalmente se realizan, porque nuestras predicciones sobre ellos nos condenan luego a tener que vivirlos, y desafortunadamente la mayoria de ellos son siempre pesimistas y negativos.
 
Ojalá pudieramos hacer decretos sobre nosotros que en lugar de empequeñecernos y lastimarnos, nos engrandecieran.
 
Debiera haber decretos por los que todos tuvieramos que sonreir siempre, aún ante la adversidad. Estar enojados es tan esteril, como inutil y desgastante.
 
Debiera haber decretos que impidieran que las personas se casaran con quienes no aman.
 
Debiera haber alguien que decretara como obligatoria la alegria de vivir, para que nadie tuviera sólo que sobrevivir.
 
Debiera haber decretos para eliminar de nuestra vida y para siempre el odio y el resentimiento.
 
Porque si hubiera alguien que pudiera decretar que está prohibida la contaminación ambiental, tanto como la social, el mundo sería más respirable.
 
Si hubiera un decreto para que todos persiguieramos juntos y tenazmente la felicidad no habria tanto sufrimiento, aunque muchos desertaran en el camino.
 
Si alguien decretara que las guerras son una necedad y no deberian existir; que la incomunicación es una forma lenta de morir y que la solemnidad no es menos ridicula que el mismo ridiculo mismo, tal vez sufririamos menos.
 
Si hubiera un decreto sobre la inutilidad de acumular tanto, porque al fin y al cabo no podremos un dia llevarlo con nosotros, tal vez compartiríamos más; si se decretara que la inclusión es semejante a un abrazo cálido, tal vez seríamos más efusivos y si se nos dijera que se vale llorar sin perder la hombria, tal vez habria menos estrés y angustia en el mundo.
 
Debiera haber decretos para que nadie estuviera jamás solo, para que todo trabajo requiriera primero que nada a una persona y luego a un profesionista eficiente; que los niños nunca dejaran de serlo interiormente, porque es sólo su inocencia lo que redime la ceguera del adulto y que todo anciano, en lugar de ser marginado fuera declarado patrimonio de la humanidad, como las ciudades antiguas y sus monumentos.
 
Debiera haber quien decretara que nadie debe pasar sólo las navidades; que se planeara menos y se viviera más el momento; que el hombre reinventara el tiempo y eliminara la prisa y que todos deberíamos tomar lecciones para disfrutar la belleza y no sólo vibrar emocionados ante el oro que deslumbra pero no ilumina.
 
Si todos esos decretos existieran y fueran respetados, sin duda el mundo sería diferente. Si esos decretos se cumplieran tal vez no seriamos perfectos, pero seriamos mejores; Dios sería la guia del hombre y no sólo el dinero y la vanidad; nos quejaríamos menos y amaríamos más, reconoceriamos en los demás a nuestros hermanos; nuestros padres serían nuestros héroes más preciados y los abuelos nuestros más caros tesoros y encontraríamos finalmente el sentido de nuestra vida.
 
Cada uno de nosotros sabe que esos decretos existen y están ahi, esperando para ser realizados en plenitud por la libertad humana. Porque lo sabemos bien, sólo el hombre es capaz de inventarse a sí mismo, es su propio contructor o el cómplice de su destino.
 
Podrá pues decretar para sí lo que quiera, el éxito o la mediocridad; la felicidad o la infelicidad, el amor o el olvido o finalmente su gloria o su holocausto.
 
Rubén Núñez de Cáceres
de su libro Para Aprender la Vida



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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: yoronita Enviado: 01/11/2010 21:10
Si todos esos decretos existieran y fueran respetados, sin duda el mundo sería diferente. Si esos decretos se cumplieran tal vez no seriamos perfectos, pero seriamos mejores; Dios sería la guia del hombre y no sólo el dinero y la vanidad; nos quejaríamos menos y amaríamos más, reconoceriamos en los demás a nuestros hermanos; nuestros padres serían nuestros héroes más preciados y los abuelos nuestros más caros tesoros y encontraríamos finalmente el sentido de nuestra vida.
 
Gracias amiga
Dios te bendiga
besos
 
Yori


 
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