LA LLAVE
Tú tenías la llave
del tiempo madurado
de la sutil caricia
y del amor aquietado.
Y ténías la llave
de todas las respuestas,
las sonrisas más suaves,
las miradas más tiernas,
pero sufrí de miedo
cuando estuve contigo;
a veces, el color de tus ojos
se perdía a lo lejos
buscando el insondable
misterio de la nada
y una tarde te fuiste,
sin pronunciar mi nombre,
que pájaros extraños
robaron tu presencia,
mi voz como una hiedra
se aferró a los caminos,
te busqué por los bosques,
te busqué por los ríos,
te llevaste la llave
de todas las respuestas,
dejándome las manos
colmadas de vacío.
d/a
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