La violencia contra la mujer adopta formas diversas, incluidas la violencia en el hogar; las violaciones; la trata de mujeres y niñas; la prostitución forzada; la violencia en situaciones de conflicto armado, como los asesinatos, las violaciones sistemáticas, la esclavitud sexual y el embarazo forzado; los asesinatos por razones de honor; la violencia por causa de la dote; el infanticidio femenino y la selección prenatal del sexo del feto en favor de bebés varones; el no reconocimiento de las expresiones e identidades de género; la mutilación genital femenina y otras prácticas y tradiciones perjudiciales.
La Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1993, demuestra el reconocimiento y la comprensión internacionales de que la violencia contra las mujeres es una violación de los derechos humanos y una forma de discriminación contra la mujer.
En Argentina, a pesar de los años, esta situación es soportada por muchas mujeres. Campesinas, periodistas, desplazadas, sindicalistas, estudiantes, maestras, descendientes de pueblos originarios, lesbianas, bisexuales, trans, travestis, transgéneros, transexuales y mujeres siguen siendo víctimas de violencia cultural, política, económica, social, laboral, intrafamiliar.
En Tucumán la gran mayoría de las mujeres lesbianas, bisexuales y trans que sufren violencia física o psicológica no se atreve a denunciar, ni busca ayuda por miedo o vergüenza, además de que no creen que haya resultados si recurren a la justicia.
No obstante todas las razones por las cuales conmemorar este día, desde Crisálida queremos recordar a la comunidad que las mujeres (adultas, adolescentes y niñas) lesbianas, bisexuales y trans continúan enfrentando la violencia simbólica – además de la fisica y psicologica – en todos los ámbitos (familiar, educacional, laboral, salud, por mencionar algunos). Y queremos hacer un llamado a reflexionar sobre las estrategias para erradicar la violencia contra las mujeres. Porque mientras se continúe militando desde la idea de “mujer” (estática, sustancialista, biológica, heterosexual, binaria, clase media, universitaria, deshistorizada) lejos, muy lejos de quienes somos “sujetas” diversas, múltiples y fragmentadas; esta estrategia nunca será efectiva.
Un llamado a reflexionar sobre la violencia que es invisibilizar a lesbianas, bisexuales y trans en los encuentros de mujeres. Un llamado a que el próximo encuentro sea inclusivo.
Un llamado a las autoridades provinciales, porque violencia es la no implementación efectiva de la Ley Nacional 26.150/2006 de Educación Sexual Integral. Es la no aplicación efectiva del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, Ley Nacional 25.673/2003. Violencia es la no aplicación efectiva del Protocolo de Asistencia Humanitaria del Post-aborto.
El actual Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon expresó: “La violencia contra la mujer y la niña deja su abominable impronta en todos los continentes, países y culturas (…) Ha llegado el momento de que nos centremos en las medidas concretas que todos nosotros podemos y debemos tomar para prevenir y erradicar este flagelo —los Estados Miembros, el sistema de las Naciones Unidas, la sociedad civil y los ciudadanos de a pie— hombres y mujeres. Es hora de romper el muro de silencio y hacer que las normas jurídicas se conviertan en una realidad en la vida de las mujeres”.
De todas las mujeres…