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General: nutricion antienvejecimiento
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De: IKH@NN@ (Mensaje original) |
Enviado: 26/03/2011 22:16 |
Nutricion antienvejecimiento |
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Lo que comemos... En nuestra sociedad contemporánea es común encontrar personas que opinan que comer mucho es equivalente a buena salud y larga vida. Sin embargo, si miramos los consejos que se han ofrecido a través de los siglos para alcanzar una vida larga y saludable encontramos que uno de los factores que más se menciona es el de una dieta frugal. Cuando a principios de este siglo el médico inglés G.M. Humphrey revisó los hábitos de 52 personas que habían alcanzado los cien años de edad encontró, entre otras cosas, que éstos comían poco o moderadamente y consumían muy poca carne. De hecho, durante siglos se ha hablado de las virtudes del comer poco para una larga vida. No en balde decía Miguel de Cervantes "come poco y cena menos, que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago".
...puede rejuvenecernos...
En el siglo XV un noble de Venecia llamado Luiggi Cornaro comenzó, a los 37 años de edad y tras haber pasado una juventud dedicada a las fiestas y la bebida, a cambiar su estilo de vida por uno que le permitiera vivir 100 años y mantenerse saludable. Como resultado Cornaro vivió hasta los 103 años de edad manteniéndose activo y con su mente clara hasta el final. El método que empleó para lograr esto consistió en abstenerse de bebidas alcohólicas y comer muy poco. De hecho a partir de los 37 años de edad la dieta de Cornaro puede clasificarse como una especie de semi-ayuno.
Siglos después la receta de Cornaro y Cervantes ha sido validada por los científicos.
...o envejecernos prematuramente.
En la década de 1930 el Dr. Clive Mcnay de la Universidad de Cornell llevó a cabo un estudio en el que crió a un grupo de ratas con una dieta que contenía tan sólo el 60% de las calorías que normalmente ingerían otras ratas a las que se les permitía comer todo lo que desearan. Esta dieta restringida fue suplementada con vitaminas y minerales. El resultado fue que las ratas crecieron a una velocidad menor de lo normal pero vivieron más tiempo y se mantuvieron extremadamente saludables. Posteriormente se demostró que con esta dieta es posible extender en 60% la vida máxima de una rata. Es decir la vida de una rata que por lo general dura unos 1,000 días se puede extender hasta unos 1,600 días. Otros experimentos han demostrado la utilidad de esta dieta una diversidad de especies animales.
El Dr. Roy Walford, conocido gerontólogo de la Universidad de California en Los Angeles ha diseñlado una dieta para seres humanos basada en estas premisas. Es una dieta que durante varios años va gradualmente reduciendo el número de calorías que ingerimos hasta llevarlo al 60% de lo que se consume normalmente. La idea de hacerlo gradualmente surge del hecho de que si tratamos de bajar abruptamente la cantidad de comida que ingerimos seguramente tendremos problemas de ajuste ya que nuestro metabolismo no está preparado para tal reducción. Al hacerlo gradualmente permitimos que los mecanismos del cerebro que regulan el metabolismo y el hambre se ajusten. Walford cree que con una dieta así cualquier persona puede alcanzar 120 años de edad y quizá más. Es importante no confundir una dieta restringida en calorías con una mala nutrición. Es sumamente importante seleccionar bien los alimentos para que tengamos una cantidad adecuada de vitaminas y minerales. Por tanto es esencial eliminar los alimentos que contienen calorías vacías como bizcochos, galletas, mantecados, papitas fritas, azúcar y grasas.
Especialmente importante es la reducción de la cantidad de calorías derivadas de las grasas. En la dieta típica occidental entre un 35 y un 40% de las calorías provienen de las grasas. Una gran cantidad de expertos entienden que para prevenir enfermedades cardiacas es recomendable reducir esto a no más de un 30%. Estudios recientes parecen demostrar que reduciendo la proporción más aún, hasta un 10%, es posible no ya prevenir problemas cardiacos sino incluso limpiar las arterias revirtiendo la arterioesclerosis. Varias dietas y planes entre los cuales figuran la dieta desarrollada por Nathan Pritikim y la "dieta de arroz" desarrollada en la Universidad de Duke están basadas en un consumo extremadamente bajo de grasas como medio de controlar el peso y controlar o revertir diversas enfermedades.
En la actualidad la dieta de este tipo que más publicidad ha recibido es la desarrollada por el cardiólogo californiano Dean Ornish. Por medio de una dieta vegetariana con no más de un 11% de las calorías derivadas de la grasa combinada con un regimen de ejercicios aeróbicos moderados y técnicas de meditación y relajación para el manejo del estrés muchos de los pacientes del Dr. Ornish han logrado revertir condiciones cardiacas, destapar arterias bloqueadas y mejorar el flujo de sangre hacia el cerebro.
A pesar de estos resultados existen quienes señalan que para lograr los beneficios logrados por el Dr. Ornish no es necesario y ni siquiera conveniente reducir tan drásticamente la cantidad de grasas ingeridas. Este es el caso del Dr. Walter Willett, profesor de nutrición de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard.
Para Willett la evidencia no necesariamente indican que los resultados obtenidos por Ornish se deban a la reducción en la cantidad de grasas ingeridas ya que el programa de Ornish incluye otros factores como el ejercicio y la meditación que pueden también tener efectos considerables. Para Willett lo importante no es la mera reducción en la cantidad de grasas sino el tipo de grasa que consumimos. De hecho dice Willett que algunos tipos de grasa son beneficiosos al organismo. Willett promueve lo que se ha dado por llamar la "dieta mediterr
nea". Esta dieta se basa en el tipo de alimentación seguido por gran número de personas en Creta, Grecia y el sur de Italia. Se ha encontrado que a pesar de que la dieta en estas regiones es relativamente alta en grasas - por ejemplo, en Grecia alrededor del 40 por ciento de las calorías provienen de la grasa - los habitantes tienen una de las tasas más bajas de enfermedades crónicas y cardiacas en el mundo.
La clave de estos resultados según Willett está en que la dieta mediterránea es alta en grasas pero baja en grasas de origen animal Esta dieta pone énfasis en las frutas, vegetales, granos, pastas y habichuelas. Las grasas que se consumen son primordialmente de origen vegetal. El aceite de oliva es la principal fuente de grasas. El aceite de oliva es rico en grasas monoinsaturadas sobre las cuales según Willett existe abundante evidencia que las señala como buenas para la salud. Otro aceite rico en este tipo de grasas es el aceite de canola.
Fundamentados en estos hallazgos Willett y sus colaboradores han hecho una revisión a la pirámide de alimentos que publica el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos. Esta pirámide representa las recomendaciones que oficiales en cuanto a la composisición de la dieta y como tal se promueve en las publicaciones gubernamentales y en las escuelas públicas.
Según muchos críticos de estas recomendaciones en esta pirámide se recomienda ingerir carnes diariamente a pesar de toda la evidencia que implica a estas como detrimentales a la salud debido a razones políticas. Con esto se refieren a los esfuerzos de los cabilderos de los intereses económicos representados por la industria de la carne.
Existen algunas similitudes entre la dieta mediterránea y la pirámide del Departamento de Agricultura. En ambas la base de la pirámide, que representa los alimentos que deben consumirse en mayor cantidad, pone gran énfasis en los granos, las frutas y vegetales. Sin embargo la dieta mediterránea según Willett también "enfatiza en los granos integrales lo cual es más saludable que los carbohidratos y almidones procesados que poseen menos nutrientes y fibra".
La dieta mediterránea distingue entre los distintos tipos de grasa, siendo los de origen vegetal a los que se les otorga una mayor prominencia. Por otra parte, no se recomienda que se ingiera carne roja más de unas pocas veces al mes. Esto, más que una recomendación, es una concesión a las personas incapaces de dejar ésta totalmente. Dice Willett "si miramos a los datos debemos concluir que la cantidad de carne roja que debemos ingerir es cero". De hecho, en la pirámide de la dieta mediterránea la carne roja aparece como aún menos deseable que los dulces.
La pirámide mediterránea tiene también la particularidad de que además de medidas puramente dietéticas también recomienda el llevar a cabo ejercicios diarios.
Un estudio publicado recientemente en la revista médica Lancet (junio de 1994) informa sobre los resultados obtenidos con un grupo de personas con diagnóstico de enfermedades coronarias. Una parte del grupo siguió una dieta típica norteamericana mientras que la otra parte del grupo siguió la dieta Mediterránea. En este último grupo se registró una mortalidad 70% menor que en el grupo que siguió la dieta típica norteamericana.
Es evidente que, debido a nuestra predisposición cultural a comer en exceso, muchas personas encuentran muy difícil practicar un regimen como el recomendado por el Dr. Ornish . La dieta Mediterránea puede ser una alternativa saludable y más fácil de seguir.
Otra alternativa viable para muchas personas es la del ayuno ocasional. En la India existe una tradición según la cual se puede lograr una larga vida practicando un dia de ayuno a la semana.
Durante ese día los únicos alimentos que se ingieren son jugos de frutas, agua tibia con miel o leche baja en grasas. Con esto se busca que el sistema digestivo descanse, recupere su balance y se deshaga de las impurezas y toxinas acumuladas. Es importante señalar que no sólo en la India sino que en muchas tradiciones religiosas y espirituales existen personas que han seguido estos principios y han vivido hasta edades muy avanzadas. Según Deepak Chopra, conocido escritor y experto en temas de salud y longevidad que combina la medicina convencional con las antiguas tradiciones orientales, la clave para el éxito en cualquier dieta o ayuno que practiquemos está en desarrollar un estilo de vida en el cual el ayuno no se vea como un castigo ni como una disciplina sino como un refugio o descanso de la actividad cotidiana. cuando ayunamos, el tiempo que ordinariamente dedicamos a comer lo dedicamos a permanecer quietos con nosotros mismos. De esta manera el cuerpo participa de un sentimiento de paz y armonía.
telepolis.com/comunidades/vidasana
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