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MARINA RUIZ GONZALVEZ bibliodoc@telepolis.com |
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Busca tus ciclos eneréticos
En el siglo XIX, el alemán Wilhelm Fliess tropezó con un interesante descubrimiento que hoy aprovechamos para justificar esas inexplicables fluctuaciones del ánimo: los biorritmos. Quizá suene esotérico pero existen fundamentos científicos.
Los biorritmos se apoyan en teorías de la cronobiología, es decir, en las complicadas relaciones que se establecen entre el tiempo y nuestro organismo.
La energía que nos rodea y la que fluye de nuestro interior oscila en función de diversos factores: la luz, la presión atmosérica, la fase lunar...
Todo ello determina nuestra fuerza vital y nuestros ritmos cronológicos.
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Los ciclos
La teoría de los biorritmos afirma que existen tres canales energéticos regidos por tres ciclos. Ellos son los que determinan nuestras condiciones físicas, intelectuales y emotivas.
Los bebés mantienen un perfecto equilibrio entre estos tres canales. Pero, a medida que pasan los años, la armonía se quiebra.
El ciclo físico es aquel que regula la salud, la resistencia y la fuerza.
El ciclo emocional es el que interviene en los sentimientos y las emociones.
El ciclo intelectual es el que afecta al intelecto y la creatividad.
Cada uno de estos ciclos tiene una duración y un ritmo, más o menos lento o rápido. Y el desarrollo de unos y otros es completamente independiente.
Qué determinan?
Los biorritmos no son más que señales energéticas determinadas interna y externamente.
Los más acérrimos defensores de estas teorías asumen que hay que tener en cuenta los ciclos rítmicos a la hora de emprender cualquier tarea por nimia que sea.
Cada ciclo afecta a un tipo de decisiones. Los momentos más favorables se producen coincidiendo con el punto álgido del ciclo que se corresponda mientras que los instantes más nefastos se sitúan en el momento en que la curva cambia su dirección. Es en estos instantes cuando debes evitar las situaciones de riesgo o las decisiones comprometidas.
Pero, al margen de estas explicaciones más o menos racionales, es cierto que la teoría de los biorritmos tiene algunas implicaciones físicas y psicológicas.
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Cada ciclo afecta a un tipo de decisiones. |
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Los biorritmos influyen en lo que denominamos reloj biológico. Hay quien tiene, por ejemplo, un biorritmo más diurno y quien vive de acuerdo con un biorritmo nocturno.
Cuando estos ritmos naturales se alteran a causa de un trabajo, un viaje o, simplemente, una temporada de insomnio nuestro organismo se resiente. Los biorritmos determinan también la memoria.
Esto es lo que condiciona, aunque sea de forma inconsciente, que unos estudiantes prefieran las primeras horas de la mañana o las últimas de la noche para cumplir con sus planes de estudio.
Además, los biorritmos influyen también en los ciclos de sueño, en la presión arterial y, por supuesto, en el estado de ánimo.
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