Cuando la religión es totalmente espiritual en su motivación, hace más valiosa la vida entera, llenándola de altos propósitos, dignificándola con valores transcendentales.
Libro de Urantia. Pág.1727
La religión no puede ser ni una costumbre aprendida en la niñez, ni menos un conjunto de reglas y prohibiciones, porque la religión del espíritu que Jesús nos trajo, nos da plena libertad para vivirla en forma absolutamente personal, sin depender de nada ni de nadie, porque los libros sagrados, las opiniones de los hombres sabios, son muy bien recibidas pero son herramientas, no son fundamentales en nuestro crecimiento evolutivo, porque éste lo tenemos que hacer cada uno al propio ritmo y esta libertad de espíritu sin lugar a dudas que trae una gran felicidad interna, porque no es un yugo, sino una bendición porque "la experiencia de una vida religiosa dinámica transforma al individuo mediocre en una personalidad de poder idealista. La religión sirve al progreso de todos porque fomenta el progreso de cada individuo, y el progreso de cada uno es aumentado por el logro de todos.1094
En cambio "las religiones de autoridad tan sólo pueden dividir a los hombres y ponerlos en orden de batalla consciente, los unos contra los otros; la religión del espíritu atraerá progresivamente a los hombres y hará que se tornen compasivamente comprensivos los unos de los otros. Las religiones de autoridad requieren de los hombres una uniformidad en la creencia, pero esto es imposible de lograr en el presente estado del mundo. La religión del espíritu requiere tan sólo unidad de experiencia, permitiendo la plena diversidad de la creencia. La religión del espíritu requiere solamente uniformidad de discernimiento, no uniformidad de punto de vista ni de opinión. La religión del espíritu no exige uniformidad de puntos de vista intelectuales, tan sólo unidad de sentimientos espirituales. Las religiones de autoridad se cristalizan en credos sin vida; la religión del espíritu crece en el regocijo y libertad en aumento en las acciones ennoblecedoras de servicio amante y ministración misericordiosa.1732"
Como vemos, al decir que la motivación de la religión debe ser totalmente espiritual. no quiere decir en manera alguna que debemos olvidarnos de que somos humanos, muy por el contrario, pues no puede haber una espiritualidad real sin la cooperación humana, porque los seres humanos evolucionamos "creciendo conscientmente desde lo material a lo espiritual, por la energía, poder y persistencia de sus propias decisiones.1282 porque " la vida humana consiste en tres grandes impulsos: ímpetus, deseos y atracciones. Un carácter fuerte, una personalidad imponente, se adquiere tan sólo mediante la conversión del impulso natural de la vida en el arte social del vivir, transformando los deseos presentes en esos anhelos más elevados que son capaces de un logro duradero, mientras que la atracción común de la existencia debe ser transferida de las propias ideas convencionales y establecidas a los dominios más elevados de las ideas no exploradas y de los ideales no descubiertos. 1772"
Jesús enseñó que "cuando la religión es totalmente espiritual en su motivación, hace más valiosa la vida entera, llenándola de altos propósitos, dignificándola con valores transcendentales, inspirándola con motivos elevados, y consolando mientras tanto al alma humana con una sublime y alentadora esperanza. La verdadera religión tiene el propósito de disminuir el esfuerzo de la existencia; libera la fe y el valor para la vida diaria y el servicio desinteresado. La fe promueve la vitalidad espiritual y los frutos de la rectitud."1727
La libertad que nos da la religión del espíritu no debe confundirse jamás con el libertinaje que encierra esa frase tan manoseada "soy religioso a mi manera" porque no se trata de acomodar la religión a lo que nos conviene, porque lo que Jesús más nos pide es sinceridad en nuestros sentimientos y consecuencia entre lo que decimos y lo que hacemos, porque "la rectitud es el fruto natural de la vida nacida del espíritu de la filiación en el reino. No seréis salvados porque viváis una vida recta, sino que viviréis una vida recta porque ya habéis sido salvados, habéis reconocido la filiación como un don de Dios y el servicio en el reino como el gozo supremo de la vida en la tierra. Cuando los hombres creen en este evangelio, que es una revelación de la bondad de Dios, serán conducidos al arrepentimiento voluntario de todo pecado conocido. La comprensión de la filiación es incompatible con el deseo de pecar. Los creyentes en el reino tienen sed de rectitud y hambre de perfección divina.1683 y por lo mismo "cada día que vive un verdadero creyente le resulta más fácil el hacer lo que es recto.1740" porque sus acciones son motivadas por el amor y no por la obligación o el temor al castigo.
yolanda silva solano
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