Cierra los ojos por algunos minutos y deja tus pensamientos volar por sitios de amor.
No podemos cambiar el mundo, ni quitar todo el dolor de la tierra, ni tener resueltos ya todos nuestros problemas, pero podemos a cada minuto mirar con los ojos del amor cada cosa.
Si pensamos que todo es pasajero, miraremos con cariño lo negativo, que te encamina a la elevación y perfección, y luego observaremos con felicidad el cambio del mal en bien, de tristezas en alegrías.
Lo que hoy nos hace sonreír fueron las cosas que nos hicieron llorar ayer.
Nuestras faltas de hoy también son las alegrías de mañana.
Las personas se van, los amores se pierden en el tiempo, los problemas se solucionan, hasta el mismo sol se va cada noche para renacer al día siguiente.
No te quedes en el medio del camino, sigue adelante sin rendirte. Intenta.
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