“Cualquiera puede ser padre… Hernando Sequera Pero sólo un hombre de verdad puede ser papá” Una sentencia como la anterior encierra sin duda una verdad lamentable en nuestra sociedad. Ya que aún en estos tiempos, desgraciadamente, a muchos de nuestros congéneres del sexo masculino les parece que hacer eso es una gran proeza. Se sienten orgullosos de dejar su “semilla” plantada en muchos terrenos que (también hay que decirlo), encuentran abundantemente a su alrededor en mujeres que piensan que con un hijo pueden mantener a su lado al hombre querido o más bien al proveedor de bienes materiales. Muchos hombres confunden ser padre con ser papá. Los primeros simplemente aportan un elemento biológico fundamental para la creación y luego se convierten, en el mejor de los casos, en unos dispensadores de recursos; necesarios para sobrevivir, pero que nunca le enseñaran a vivir a ese hijo. Ellos hablan siempre del enorme sacrificio que deben realizar para producir esos recursos. Llenos de ignorancia y altivez no son capaces de avanzar, de dar el paso que les convierta en PAPÁ. Porque ser papá, es un estado que comienza desde el mismo momento de la concepción (e inclusive de la aceptación de aquel que no es tu hijo biológico) con el más profundo amor en ambos casos. Es aparte, de buscar los recursos, convertirte en la más importante herramienta de tu pareja para ayudarle en el crecimiento integral de ese nuevo ser; pasando por cambiar pañales, preparar alimentos o velar su sueño y enfermedad. Acompañarle en los momentos más significativos e irrepetibles no sólo para él, también para ti. Su primer día de escuela, su juego, su visita al médico, su graduación, su primer amor y así tantos otros instantes, que por ser tan breves, pasan de manera tan rápida que no te das cuenta de cuando sucedieron. No te los pierdas, son el mejor regalo que te dará la vida. Ser papá requiere entre otras cosas: Ser un buen ejemplo a seguir, no basta decir “haz lo que yo digo”. Mientras tú haces lo contrario. Tus hijos imitaran todo lo que hagas bueno o malo. Recuerda siempre que ellos pueden resultar los jueces más crueles. Ser protector, que se sientan cubiertos por el manto de la seguridad que brinda el poder contar con el apoyo de alguien fundamental. Él o ella sienten esa protección aun cuando tu no estés físicamente con ellos. Aplicar disciplina, reprender cuando hace falta, no para descargar nuestra rabia. Quien te ama te corrige. Un día, tenlo por seguro te lo agradecerán. Hombre, no olvides que si DIOS te da un hijo, primero dale las gracias, no todos tienen esa bendición. Luego obra con prudencia y respeto con esa persona que te ha sido confiada y de la que tendrás que responder cuando te sea solicitado. Tu hijo es tu activo más importante. Si lo pierdes, estarás verdaderamente arruinado. Papá DIOS te bendice