Resulta que una chica, que trabajaba en un burdel de mala muerte, y que vivía con su madre, un día sale con un tipo y al final de la velada este le regala un bello abrigo de piel. Como no puede justificar ante la madre el regalo, le dice:
- Mama, no sabes, hoy sortearon en la oficina un abrigo de piel, y me lo gané yo, y la madre dice: - ¡Que suerte nena, que suerte!
Unos días más tarde, sale la chica con otro tipo y le regala un collar de perlas, y para justificar le dice a su madre:
- Mamá, no lo vas a creer, el otro día estaba en la estación esperando el tren, y vino un tipo y me pidió que le comprara una papeleta para una rifa, tanto insistió que al final le compré y he ganado este collar de perlas.
Y la madre - ¡Pero nena que suerte que tienes!!
Unos días más tarde, otro tipo que le regala una nevera, y la chica para no quedar mal con la madre le dice:
- Mamá, la verdad que esto es increíble, hicieron en la oficina una rifa de desquite, para los que no habían ganado el abrigo de piel, y gano yo otra vez, y me gané esta nevera.
La madre la mira y le contesta:
- ¡Nena, nena, por Dios que suerte!.
En eso están un día las dos sentadas en la sala y la chica se levanta y le dice a la madre:
- Mamá me voy a dar una ducha...
Y la madre le contesta:
- Nena, enjuágate bien el talonario, que hace falta un televisor en color!!