Recordad, en la medida en que os améis los unos a los otros, todos los hombres sabrán que sois mis discípulos
Libro de Urantia. Pág.1125
Jesús a lo largo de toda su enseñanza, nos repite una y mil veces que "el amor es la esencia de la religión y la fuente de una civilización superior. 1124" porque sólo "el amor a la hermandad puede impedir que los fuertes opriman a los débiles.805" y que sin un verdadero espíritu de equidad, es imposible que los pueblos progresen tanto en lo material como en lo espiritual, porque desde el momento que hay injusticias sociales es porque los que nos llamamos cristianos, no estamos cumpliendo con el principal requisito para entrar en el Reino, que es el amar a Dios en la persona de nuestros hermanos, pues "no podemos buscar a Dios por medio del conocimiento pero podemos conocerlo en nuestro corazón por medio de la experiencia personal. 1453" y esta experiencia no puede ser una actitud mística de aislamiento de las realidades humanas y cotidianas, porque "la habilidad de comunicar y compartir significados, es lo que constituye la cultura humana y permite al hombre, a través de las asociaciones sociales, erigir civilizaciones. El conocimiento y la sabiduría se tornan acumulativos debido a la habilidad del hombre de comunicar estas posesiones a las generaciones sucesivas. De esta manera surgen las actividades culturales de la raza: el arte, la ciencia, la religión y la filosofía.1778"
Las prácticas religiosas, por buenas que ellas sean de poco o nada nos sirven para entrar en el Reino, si no van acompañadas de un genuino amor hacia nuestros hermanos, no basta decir que amamos, es preciso saber demostrarlo con hechos tangibles y como lo hace Jesús que no hace diferencia alguna entre los seres humanos: "Todos los hombres son mis hermanos. Mi Padre celestial no menosprecia a ninguna de las criaturas de nuestra creación. El reino del cielo está abierto para todos los hombres y mujeres. Ningún hombre puede cerrar la puerta de la misericordia a un alma hambrienta que procura entrar. Nos sentaremos a comer con todos los que deseen oír sobre el reino. A los ojos de nuestro Padre que nos contempla desde lo alto, todos los hombres son iguales. No os negaréis pues a romper el pan con un fariseo o un pecador, un saduceo o un publicano, un romano o un judío, un rico o un pobre, un hombre libre o un esclavo. La puerta del reino está abierta de par en par para todos los que deseen conocer la verdad y encontrar a Dios.1541" «Vuestro Padre en los cielos hace brillar el sol sobre malvados al igual que sobre buenos; del mismo modo él envía lluvia sobre justos e injustos. Vosotros sois los hijos de Dios; aún más, sois ahora los embajadores del reino de mi Padre. Sed misericordiosos, así como Dios es misericordioso, y en el eterno futuro del reino seréis perfectos, así como vuestro Padre celeste es perfecto.1571"
Sin embargo, la gran mayoría de nosotros, nos damos el lujo de discriminar a muchos de nuestros hermanos que no piensan o no actúan como nosotros y se nos olvida que "se os ha encomendado para salvar a los hombres, no para juzgarlos. Al fin de vuestra vida terrestre, todos vosotros esperaréis misericordia; por ello, os pido que durante vuestra vida mortal mostréis misericordia hacia todos vuestros hermanos en la carne. No cometáis el error de quitar la mota del ojo de vuestro hermano cuando hay una viga en el vuestro. Quitad primero la viga de vuestro ojo y así podréis ver mejor para quitar la mota del ojo de vuestro hermano. Discernid claramente la verdad; vivid sin temor la vida recta; y así seréis mis apóstoles y los embajadores de mi Padre. Habéis oído que se ha dicho: `Si el ciego conduce al ciego, ambos caerán al abismo'. Si queréis guiar otros al reino, debéis vosotros mismos caminar en la luz clara de la verdad viviente. En todos los asuntos del reino os exhorto que mostréis juicio justo y sabiduría sagaz. Yo os digo: amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen y orad por los que os ultrajan. Y todo lo que vosotros creáis que haría yo para los hombres, hacedlo vosotros.1571"
¿Estamos amando de esta manera a los hombres? Si es así ¿por qué persisten en nosotros esos rencores encubiertos, esas enemistades incluso con nuestros seres más cercanos? ¿Por qué juzgamos a las minorías sexuales? ¿Por qué somos tan dados a criticar y tan tacaños con el perdón y la empatía hacia aquellos que ha caído en alguna falta?
No sigamos hablando de amor en forma melosa y romática, porque el único amor verdadero es el que sabe perdonar como si nunca hubiese recibido la ofensa y que ha compendido que "el amor es el deseo de hacer el bien a los demás.648" y que ha encontrado en "la adoración la técnica de buscar en el Unico, la inspiración para servir a muchos.1616"
Convenzámonos la espiritualidad, la evolución no es algo etéreo, es algo muy concreto y cuando nos llegue la hora de rendir cuentas por lo recibido, no se nos preguntará cuanto sabemos, sino que es lo que hicimos con el conocimiento y con las enseñanzas de Jesús en bien nuestro y de los que nos rodearon, sin importar género, condición social ni moral, porque todos los hombres somos hijos del mismo Padre.
yolanda silva solano