La gente que todavía trabaja me pregunta a menudo qué hago cada día, ahora que estoy jubilado.
Pues bien, por ejemplo, el otro día fui al centro y entré a un negocio a recoger un paquete que me había llegado; sin tardar en la gestión ni cinco minutos.
Cuando salí, un Policía de Tránsito estaba rellenando una infracción por estacionamiento prohibido.
Rápidamente me acerqué a él y le dije:
- ¡Vaya hombre, no he tardado ni cinco minutos...! Dios le recompensaría si hiciera un pequeño gesto para con los jubilados.
Me ignoró olímpicamente y continuó llenando la infracción.
La verdad es que me pasé un poco y le dije:
- ¡¡¡Es usted un sinvergüenza!!!
Me miró fríamente y empezó a rellenar otra infracción...
Entonces levanté la voz para decirle que me había percatado de que estaba tratando con un idiota, que cómo era posible que le hubiesen dejado entrar en la Policía de Tránsito.. .
Él acabó con la segunda infracción, la colocó debajo del limpiaparabrisas, y empezó con una tercera.
No me achiqué y estuve durante más de 20 minutos llamándole de todo, desde Cojudo, hasta Bestia... Él, a cada insulto respondía con una nueva infracción...
Con cada infracción que llenaba, se le dibujaba un sonrisa que reflejaba la satisfacción de la venganza...
Después de la enésima infracción... Le dije...
- - JA !! ¡Suerte que vine en autobús!
Desde mi jubilación, ensayo cada día cómo divertirme un poco.
¡¡¡Es importante a mi edad para no aburrirme!!!