Vieja y querida Itzel
¡qué hermosas palabras me ponés!
Tambien yo "A Dios le pido"
que me permita seguir siendo tu amiga
y el honor de tenerte como
¡MI AMIGA!
Al leerte, me viene a la boca ese primer,
último y único chocolate con churros
que tomamos juntas
en tu Zaragoza querida
antes de tomar el tren para Barcelona
Aún tengo en mi retina tus ojos brillosos,
tu sonrisa triste, y tus manos despidiéndome
"A Dios le pido"
volver a abrazarte e invitarte
a caminar tomadas de las manos
por cualquier calle
ya sea allí o en mi Buenos Aires querido
Te quiere con su corazon atado con alambres
tu amiga del alma