Discurso de Steve Jobs. Aprovecha tu vida, tu tiempo. 3/3.
La última parte del discurso de Steve Jobs, acerca aprovechar cada día que pasa y disfrutar de nuestra vida, ya que no vamos a estar para siempre, nuestro tiempo es limitado.
Historia sobre el tiempo y la muerte.
Vuestro tiempo es limitado, así que no lo malgastéis viviendo la vida de otro. No os dejéis atrapar por el dogma, que no es sino vivir según los resultados del pensamiento de otros.Cuando Steve tenía 17 años, leyó una cita que decía algo similar a "Si vives cada día como si fuera el último, algún día tendrás razón".
Esta cita le impresionó mucho y desde entonces, los últimos 33 años de su vida, cada mañana, mirándose al espejo se pregunta: "Si hoy fuera el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?". Y si la respuesta es "no" durante demasiados días seguidos, sabe que necesita cambiar algo.
Afirma que recordar que va a morir pronto, es la herramienta más importante que haya conocido, para ayudarle a tomar las grandes decisiones en su vida.
Porque prácticamente todo, las expectativas de los demás, el orgullo, el miedo, el ridículo, el fracaso, se desvanecen frente a la muerte, dejando solo lo que es verdaderamente importante. "Recordar que vas a morir, es la mejor forma que conozco de evitar la trampa de que tienes algo que perder; ya estás desnudo; no hay razón para no seguir a tu corazón".
En el año 2004 a Steve Jobs le diagnosticaron un cáncer: le hicieron un chequeo a las 7:30 de la mañana y éste mostraba claramente un tumor en el páncreas. Los médicos le dijeron que era prácticamente seguro un tipo de cáncer incurable y que su esperanza de vida estaba entre 3 y 6 meses...
Su médico le dijo que volviera a casa y dejara zanjados sus asuntos, una forma sutil de decir "prepárate a morir".
Esto, dice Steve, significa tener que decirles a tus hijos en pocos meses lo que ibas a decirles en diez años. Significa asegurarte que todo queda bien atado, para que sea tan fácil como sea posible para tu familia.
Significa decir adiós...
Vivió todo ese día bajo la sombra del diagnóstico; luego a última hora de la tarde le hicieron una biopsia, pinchando el páncreas para coger una muestra de las células del tumor.
Él estaba sedado, pero su mujer, que le acompañaba, le contó que cuando el médico vio las células bajo el microscopio comenzó a llorar, porque resultó una extraña forma de cáncer pancreático que se puede curar con cirugía. Steve pasó por quirófano y actualmente se encuentra bien.
"Esto es lo más cerca que he estado de la muerte, y espero que lo sea durante algunas décadas más" dice Steve.
Habiendo vivido esta situación, puedo decir lo siguiente, con más certeza que cuando la muerte era un concepto útil, pero puramente intelectual: Nadie quiere morir; incluso la gente que quiere ir al cielo, no quiere morir para llegar allí. Y sin embargo, la muerte es un destino que todos compartimos. Nadie ha escapado de ella, y es así como tiene que ser. Porque la muerte es posiblemente el mejor invento de la Vida. Es el agente de cambio de la vida. Retira lo viejo para hacer sitio a lo nuevo. Ahora mismo, lo nuevo sois vosotros, pero dentro de un tiempo, de forma gradual, os iréis convirtiendo en lo viejo, y seréis apartados. Siento ser tan dramático, pero esto es bastante cierto.
No dejéis que el ruido de las opiniones de los demás ahogue vuestra propia voz interior.
Y lo más importante, tened el coraje de seguir a vuestro corazón y a vuestra intuición. De alguna manera, ellos ya saben lo que realmente tú quieres ser. Todo lo demás es secundario.
Cuando Steve era joven, había una publicación llamada "The whole earth catalog" (Catálogo de toda la Tierra), una biblia de su generación, creada por Stewart Brand con cierto toque poético.
Eran finales de los 60, antes de los ordenadores personales, de la autoedición, es decir, se hacía con máquinas de escribir, tijeras y cámaras Polaroid.
Era como Google, pero con tapas de cartulina. Era idealista y rebosaba de herramientas claras y grandes conceptos.
Publicaron varias ediciones y a mediados de los 70, Stewart y su equipo, cuando llegó el momento, sacaron su último número. En la contraportada había una fotografía de una carretera por el campo a primera hora de la mañana, la clase de carretera en que podrías encontrarte haciendo autoestop si fueras aventurero.
Bajo la foto, estaba esta frase:
"Sigue hambriento, sigue alocado".
Su último mensaje de despedida: "Sigue hambriento, sigue alocado".
Siempre he deseado eso para mí, y es lo que ahora os deseo a vosotros.
Quizás no nos lo hayamos planteado nunca antes, pero no falta razón a Steve cuando afirma que nuestro tiempo aquí es limitado; él pasó una experiencia muy dramática, con una incertidumbre angustiosa; pero salió indemne: seguramente tuvo algo que ver su actitud enfocada a lo positivo (optimismo!) y al éxito.
¿Y cómo aprovechamos nuestro tiempo? Somos dueños de él, o por el contrario dejamos que las horas vayan desapareciendo hasta que nos sentamos agotados frente al televisor, pensando que ya queda menos para el fin de semana?. No hace falta decir que ese no es el camino correcto; quizá debiéramos plantearnos cada mañana, qué es lo que queremos hacer con todas esas horas que restan, con una actitud creativa y positiva.
La vida actual está llena de prisas y urgencias que no dejan tiempo para nada. O...quizá si?. Si dejamos aunque solo sea un momento del día a desconectar de todo y parar a reflexionar...: cómo está transcurriendo la jornada, qué nos apetecería hacer ese rato que tengamos libre: familia, amigos, deporte, algo que redunde en inputs emocionales positivos, al menos, ese rato será nuestro y nos hará mucho bien.
Nuestra vida pasa, nuestras vivencias, las horas van desapareciendo.
Hay una frase de Catherine Rambert (psicoanalista francesa y autora de varios libros) que dice: "La vida está llena de cosas urgentes ... que pueden esperar".
Escuchemos nuestra voz interior, sin miedo: está ahí, esperando que rechaces todo ese ruido que produce la prisa, el estrés, la urgencia; cuando te oigas, oirás a tu corazón y a tu intuición. Y entonces lo verás más claro.