Por la mañana, el marido había discutido con su esposa. En la noche llega a casa, se desviste y se mete a la cama. Levanta la sábana y observa el cuerpo de su esposa y al mismo tiempo siente una erección. Inmediatamente detiene el instrumento con la mano y dice: ¡Quieto, Canelo, que la doña está enojada! A lo que ella contesta: -Estoy encabronada contigo!!! ¡El Canelo no me ha hecho nada!!!