¡Ay Mimmí! ¡Cómo te comprendo!
Cuando los hijos no están bien,
nosotros nos ponemos mal y quisieramos
de alguna manera u otra hacerlos felices
como cuando eran chiquititos
y los acunabamos en nuestros brazos...
Lamentablemente los hijos crecen
levantan vuelo, forman su nido,
su pareja, su familia...
Ya no nos necesitan,
aunque nosotros pensemos que sí
No podemos hacer nada, sólo estar,
Esperar que vengan a nosotros,
que encuentren la casa donde crecieron
cálida y acogedora como cuando eran
pequeños y se nos colgaban llorando
Mimmí, espera en casa, tranquila y firme.
Son ellos los que tienen que decidir
Son ellos los que tienen que luchar
por su vida, felicidad y bienestar
Tú tambien, al principio, cuando volaste
del nido materno tuviste que luchar
y pelear por tu felicidad.
Después vinieron ellos y la vida te dió
el regalo de sus risas, llantos, juegos...
Todo eso que dan los hijos, que nos
hacen sentirnos que hemos
tocado el cielo con las manos
Ahora, sólo nos queda vivir
la vida que nos falta y dejar que
nuestros hijos maduren, encuentren
su bienestar y felicidad
Mimmi, ¡sólo nos queda estar!