Favorecer a los hijos sobre las hijas no sería una actitud exclusiva de las madres humanas, de acuerdo con una nueva investigación.
Científicos descubrieron que las mamás de los Taeniopygia guttata o diamantes mandarines, también favorecen a sus hijos sobre las hijas, por lo que aquellos terminan recibiendo más alimento, aunque los papás no parecen tener esa preferencia.
Ian Hartley, de Lancaster University, coautor del estudio, explicó que si la hembra se ha emparejado con un macho particularmente sexy, su gran interés es asegurar que sus hijos están bien cuidados porque la probabilidad es que crezcan para ser tan exitosos como sus padres y es más probable que sus genes sean pasados a la próxima generación.
El hallazgo sugiere que los pájaros reconocen cuál polluelo es macho y cuál hembra. Esto es sorprendente, según los autores, porque hasta ahora se había pensado que los padres no distinguían machos de hembras.
“No sabemos cómo lo logran, pero podría ser que como pueden ver la luz ultravioleta, verían cosas en sus polluelos que nosotros no podemos. O quizás machos y hembras emiten sonidos diferentes cuando piden alimento”.
A la par que es una sorpresa encontrar tal favorecimiento, también lo es que no se hubiera notado antes, dado que el área de conflicto sobre cuánto cuidado pone cada padre para criar sus hijos es un tópico caliente en biología evolutiva, en la que la teoría predice que cada padre invierte distinto.
“Las hembras ponen mucha energía en producir e incubar los huevos; los machos no. Pero ellos ponen sus energías en atraer o defender las hembras. Estos costos reproductivos distintos –y la necesidad de ahorrar alguna energía para futuros intentos de reproducción- tienen efectos inevitables en cómo madre y padre invierten en sus descendientes.
Esto, advirtiendo la siempre presente tensión padres-hijos. Cuando aquellos llegan al nido con alimento, las crías emplean unos llamados elaborados para tratar de manipular la decisión de sus padres de quién obtiene la comida. Pero los padres son sabios en esto: como es dura labor buscar y traer la comida al nido, los papás aplican reglas de alimentación para evitar que uno solo monopolice sus esfuerzos.
Algunos estudios sugieren que los papás tienden a alimentar los hijos más grandes y aquellos que piden en tono más alto. Y aunque investigadores han demostrado que tanto madre como padre prefieren alimentar distintos tipos de crías, dejar de preferir alguno no es fácil de evitar.
En el nuevo estudio, se encontró que mientras más chillen las crías, más probable es que sean alimentadas por sus padres. pero a medida que el chillido se hace más alto e intenso, se encontró que el sexo de los polluelos y padres determina quién recibe más: las hembras dan más alimento a los machos cuando sus llamados se intensifican, pero los papás alimentan hijos e hijas con cantidades iguales de comida.
El estudio fue publicado en Behavioral Ecology and Sociobiology.