NOCHE
Ha cesado la lluvia,
por un claro del cielo aparece la luna,
vierte su luz de estaño sobre sombras y cosas.
En la desierta calle, en los charcos,
los duendes de la noche pisotean las estrellas
y el silencio navega en un endeble esquife
en un mar de instantes infinitos.
Es el momento alado de los sueños,
palpitantes de sombras y misterios.
Sobrevuelan recuerdos
de otras noches iguales.
Se oyen pasos,
entonces, el corazón se agita.
Detrás de una ventana un alma solitaria
espera, espera, espera...
autor: Juan Manuel Olveira