En la llama del verano que ondula con los trigales, sus regocijos triunfales canta el jilguero ufano. Canta, y al son peregrino de su garganta amarilla, trigo nuevo de la trilla tritura el vidrio del trino. Y con repentino vuelo que lo arrebata, canoro, como una pavesa de oro cruza la gloria del cielo.
Leopoldo Lugones |