SONETO DEL HOMBRE QUE MURIO EN LA CALLE
En hora de morir amigo has muerto,
Te sorprendió la parca en la vereda
Y tu alma se elevó, tu cuerpo queda,
Con tu bajel al fin llegaste al puerto.
Yo no te conocí, ni se tu nombre
No me impide todo eso recordarte.
El mandato de Dios me manda amarte
Por ser hijo de Él, por ser un hombre-
¿Dónde quedaron sueños y promesas?
¿Dónde quedo tu pan donde tu mesa?
¿Nadie contigo está en la hora postrera?
Ya, como dura burla de la suerte,
Solo y dormido en brazos de la muerte
Tu cuerpo esta tendido en la vereda.
Juan Manuel Olveira
Gualeguaychú, 25 de junio de 2012