La disertación genial de Roberto Fontanarrosa en el III Congreso Internacional de la Lengua Espàñola (Rosario 2004)que se baso en una defensa de las "Malas Palabras" como todo lo que salia de su pluma esta disertación entre erudita y cómica será una muestra mas de la genialidad del recordado "Negro" Fontanarrosa.
Aquí parte del texto.
Un Congreso de la Lengua es, más que todo, para plantearse preguntas. Yo, como casi siempre hablo desde el desconocimiento, me pregunto por qué son malas las malas palabras, quién las define como tal. ¿Quién y por qué? ¿Quién dice qué tienen las malas palabras? ¿O es que acaso les pegan las malas palabras a las buenas? ¿Son malas porque son de mala calidad? ¿O sea que cuando uno las pronuncia se deterioran? ¿O, cuando uno las utiliza, tienen actitudes reñidas con la moral?
Obviamente, no se quién las define como malas palabras. Tal vez sean (ellas) como esos villanos de viejas películas —como las que nosotros veíamos—, que en un principio eran buenos, pero que al final la sociedad los hizo malos. Tal vez nosotros, al marginarlas, las hemos derivado en palabras malas. Lo que yo pienso es que brindan otros matices, muchas de ellas.
Yo soy fundamentalmente dibujante, con lo que uno se preguntará: ¿qué hace ese muchacho arriba del escenario? Manejo muy mal el color, por ejemplo, pero a través de eso sé que cuanto más matices tenga uno, más puede defenderse, para expresarse, para transmitir, para graficar algo; entonces: hay palabras, palabras de las denominadas malas palabras que son irremplazables, por sonoridad, por fuerza, algunas incluso por contextura física de la palabra. No es lo mismo decir que una persona es tonta o zonza que decir que es un pelotudo. Tonto puede incluso incluir un problema de disminución neurológica realmente agresivo.
"Merecería otra discusión en el Congreso de la Lengua. Hay otra palabra irremplazable que es mierda, y el secreto de su contextura física está en la 'erre'. Los cubanos dicen 'mielda'. Ese es otro de los grandes problemas que ha tenido la revolución cubana, que es la imposibilidad de manifestar fuerza expresiva".
Concluyó su disertación asegurando, "atendamos estas condiciones terapéuticas de las malas palabras, que sirven para descargarse. Pido una amnistía para ellas, vivamos una Navidad sin malas palabras, y cuidemos de ellas, porque las vamos a necesitar".