Trata de dos niños muy traviesos que han sido acusados ante sus padres por las diabluras que han cometido. Sus padres, muy creyentes y católicos, deciden llevarlos con el cura de la iglesia. -Padre, por favor, ayúdenos a quitarle lo travieso a nuestros hijos. -Muy bien, tráigamelos, pero por separado. Al día siguiente llevan al más chico adonde el cura, el niño palidece y se queda mudo ante la presencia del cura. El cura le interpela: -Has hecho mucho daño, crees que nadie lo sabe, a ver, ¿Dónde está Dios? El niño cada vez se encuentra más asustado y el cura continúa interpelándolo cada vez más agresivamente: -¡¿Dónde está Dios? ! ¡¿Dónde está Dios? ! El niño cada segundo muestra más terror en su cara y el cura continúa: -¡¿Dónde está Dios? ! ¡¿Dónde está Dios? ! Entonces el niño echa a correr, va a su casa y se dirige al armario en donde sabe que está escondido su hermano y se esconde con él allí. Entonces su hermano mayor le pregunta que le ha pasado y el niño contesta: -¡No lo sé, parece que creen que hemos secuestrado a Dios y nos están buscando!
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