De pronto entre el público, salta un viejito, monta al toro, el toro salta, se revuelca, salta como enajenado, pero el viejito sigue montando, hasta que el toro cae rendido.
La gente salta al ruedo, y lo llevan en hombros, se acercan sus hijos y le preguntan:
-¿Cómo lo has hecho papá?, ¡tú jamás has montado!
-Acuérdate que tu mamá es epiléptica.