Como es arriba es abajo; acá abajo cada día nacen niños y cada día muchas personas mueren ¿de adonde vienen los que nacen y adonde van los que mueren?
Arriba, cada día (que tal vez representen miles de días terrestres) cada día alguien nace y cada día alguien muere
¿de donde proceden los que nacen allá arriba? Son los que mueren en el mundo
¿y adonde van los que mueren allá arriba? Van al mundo a nacer hasta completar su ciclo de evolución
Acá abajo se es menor de edad hasta los 21 o 22 años y para casarse, viajar al exterior, comprar o vender, deben contar con la autorización de sus padres o tutores, pasada esa edad es responsable por si mismo
Allá arriba mientras el alma es adolescente también debe contar con el asesoramiento de un guía hasta que haya cumplido su aprendizaje, naciendo en el mundo tantas veces como sea necesario, cometiendo errores una y otra vez para aprender a superarlos hasta lograr librarse de todas las pasiones mundanas y quedar su alma resplandeciente y pura
Por eso algunas veces no se logra perdonar cuando alguien nos hace algo malo
Porque “allá arriba” nuestros guías nos dan un plan de aprendizaje según el cual deberemos pasar por determinadas situaciones, cada vez más difíciles a medida que vayamos creciendo como almas.
Para ello otras personas representarán distintos papeles según sea SU propio plan de estudios, unas nos serán de mucha ayuda y otras representarán los obstáculos que deberemos superar, las que nos harán sufrir y padecer (como esas "odiosas" maestras que nos ponían tareas horribles, que hasta nos hacían llorar) pero no siempre cumplimos bien nuestro aprendizaje
En algunas situaciones en las que otra persona jugará un papel importante, ambos nos dejaremos llevar por las pasiones y los deseos y ninguno de los dos superara la lección, por lo que en el “curso” (o vida) siguiente nos volveremos a encontrar en situaciones similares pero invertidas, si antes hicimos algo malo contra alguna persona ahora será otra persona la que nos lo haga a nosotros y la imposibilidad de perdonar surgirá, no de los actos de esa persona, si no de nuestro propio sentimiento de culpa por no haber sabido superar antes la lección que veníamos a aprender
Namdeh
Mayo de 1998