Deshacernos de la seguridad para avanzar
El valiente sigue adelante a pesar del miedo, mientras que el cobarde se detiene. Y aunque ambos tengan como compañero al miedo, el valiente actúa a pesar de su presencia, enfrentándose a lo desconocido.
¿Qué nos sucede?
La vida no es problemática en sí misma, nosotros la complicamos la mayoría de las veces con las interpretaciones que hacemos de ésta. Somos expertos en eso de interpretar, etiquetar e inventar prejuicios. Parece como si nos hubieran programado para todo ello. Y en cierto modo, podemos decir que sí. Estamos programados para la búsqueda de la seguridad, a través de lo que se ha establecido como lo “normal”, adquiriendo creencias y hábitos según nuestra cultura y proceso de crecimiento, siendo fotocopias de todo ello. Piénsalo por un momento. ¿Cuántas ideas, creencias, conceptos y valores manejas en tu vida? ¿Cuáles son tus ideales? ¿De dónde provienen?
Así, de forma voluntaria nos atamos, soportando cadenas muy pesadas, de las que posteriormente nos quejamos, porque no podemos ser libres. Es como si nos hubiéramos acostumbrado a la prisión de lo viejo, de aquello que ya sabemos o hemos experimentado y preferimos permanecer dormidos entre sus cadenas y rejas, que ciertamente son las nuestras, las de nuestra cárcel mental, y no seguir hacia delante para descubrir la libertad que supone lo nuevo y lo desconocido. Y es que para despertar como decía Tony de Mello, hay que cuestionarlo todo.
La familiaridad de aquello a lo que estamos más acostumbrados, y la sensación de seguridad de lo conocido, aunque sea malo, constituyen algunos obstáculos en nuestro proceso de aprendizaje y desarrollo personal. Nos acostumbramos, y comenzamos a vivir automáticamente como robots, sin detenernos a reflexionar demasiado sobre lo que vamos adquiriendo. Y es ahí, donde se originan la mayoría de las veces los impedimentos que no nos permiten avanzar, en la inflexibilidad de nuestros pensamientos y en la poca práctica de cuestionarlos.
Y sí, quizás lo más difícil sea la capacidad de ver a través de nuestros filtros y nuestros deberías, de ver y escuchar con sinceridad, sin engañarnos, y sin la paralización que a veces nos produce el miedo, porque ver y escuchar supone cambio. Enfrentarse a lo desconocido, actuar a pesar del miedo, es cambio. Y es eso, precisamente lo que nos atemoriza, salirnos de nuestros cánones mentales y probar otros nuevos, dar la posibilidad de duda a todo lo diferente, porque si lo hacemos, ya no tenemos cinturón de seguridad, sino alas para comenzar nuestro vuelo.
Desmontemos esa tienda donde nos refugiamos y desechemos los mantos de nuestros miedos para seguir por nuestro sendero.
“Vivir es una de las cosas más raras del mundo. La mayoría de las personas tan solo existen” Oscar Wilde
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