Cuentan que había un pueblo rodeado de dunas de arena suave. A lo largo de los años, de tanto caminar, habían formado un camino en la arena. El camino había sido aplanado por las miles de personas que alguna vez habían pasado por este recorrido. Un día un joven del pueblo se dio cuenta de que ese lo llevaba por una ruta más larga de la necesaria, y pensó que si tomaba otra ruta, le permitiría ahorrar varias horas de caminata. Intentó convencer al pueblo de su idea, pero nadie lo escuchaba. El les indicaba que si todos caminaban por su ruta, ahorrarían tiempo y esfuerzo, pero no le hicieron caso. Le preguntaban, ¿por qué tomar otro camino si ese lo habían seguido por tantos años con éxito? Así que continuaron usando el mismo. El joven empezó a probar sus hipótesis y empezó a caminar por su nueva ruta. Al comienzo fue muy difícil, la arena estaba blanda, no conocía el terreno y se demoró más que si hubiera usado el antiguo. La gente del pueblo se burló pero él siguió usando su camino.
Después de usarlo por un mes, su camino ya estaba aplanado y sólido, Ahora, cada vez se demoraba menos en hacer la travesía. Se comenzó a comentar que el joven se demoraba la mitad del tiempo.
Algunas personas notables del pueblo decidieron probarlo y luego muchos lo siguieron. Después de tres meses ya todo el pueblo usaba el camino nuevo y habían descartado el antiguo.
Con el uso, la nueva ruta se ampliaba y apisonaba más, y la antigua se empezaba a borrar con nueva arena, eliminando la evidencia de que algún día existió.
(Anónimo)
¡Camina por diferentes rutas, no hagas lo que otros porque si sigues pisando las huellas de los demás, no dejarás marca!