Mi casa del cerro, mi sueño dorado,
tiene muchas rosas y algunos naranjos,
paredes muy blancas con olor a barro,
y una pieza grande donde yo descanso.
Siendo tan modesta parece un palacio,
y yo un prisionero que está a su cuidado,
regando las flores, cuidando los nardos,
paso muchas horas hasta que me canso.
Luego el paseíto, por la cuesta abajo,
voy hasta la fuente que surge en el prado,
allí me reclino sobre un viejo álamo,
y paso las horas, viviendo y soñando.
Mi casa del cerro, con olor a barro,
de paredes blancas y patio soleado,
siendo tan pequeña parece un palacio,
con muchos perfumes que llegan del campo.
Mi casa del cerro, mi sueño dorado,
a ti te confío mis últimos años.
¡Quiera Dios mis hijos te sigan cuidando,
y seas para todos como un santuario.
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Hijita buscando una bella imagen para dejarte como regalo
pero me encontre con esta poesia y ahi me enganche.
Se que no te gusta la poesia, pero esta se acerca tanto a mis
suieños que no me quedo de otra que compartirla contigo que
de una manera maravillosa me sabes comprender y animar
a seguir soñando aunque a mi edad ya hasta eso sea proibido.
Ahora mi voy a escribirte tu cartica de cada dia pues no quiero
que despiertes y no estar yo presente en tu ventanita seria un
pecado! Un besito y ya sabes aqui toi!!! Ma